Orígen de las Huaracas
Cuenta la leyenda Inca que este imperio se erigió con la aparición de 4 hermanos, los hermanos Ayar, entre ellos Ayar Cachi que se caracterizaba por la posesión de una imponente “Huaraca” u honda.
Estando Ayar Cachi en el cerro Huanacaure lanzó una piedra desde una cumbre e hizo aparecer una quebrada demostrando de esta forma su gran poder, hizo esto varias veces. Al observar este suceso sus hermanos desconfiaron de él y por miedo a que los matara lo encerraron en el cerro Pacaritambo al cual llevaron con engaños. Allí quedó atrapado para siempre.
Un suceso Histórico menciona que el Inca Pachacutec después de su triunfo sobre los chancas, decidió consolidar su poder emprendiendo una lucha contra los cucaras rebeldes que no lo apoyaron, fue entonces que él y su hermano Inca Roca fueron a Yucay, donde este último se enfrentó a Inca Urco lanzándole una piedra con su honda haciéndole caer al río.
La biblia hace referencia a un suceso similar. En la historia de “David y Goliat”, un jovencito llamado David, fue escogido por Dios para ser el rey de Israel, quién a su corta edad ya había matado osos y leones con una honda, posteriormente derrotó a un gigantesco hombre llamado Goliat atinándole un certero golpe en la cabeza.
No se puede negar que su uso extensivo fue en el imperio Inca, donde fue usado como arma de guerra de largo alcance y podría ser comparada con los arcos con flechas.
Hoy en día el artesano Juan Villanueva mantiene la tradición de tejer hondas como lo hacían nuestros antepasados los Incas, de esta manera él revalora nuestra cultura. Él comenta que una de las formas de disfrutarlo sintiéndose un guerrero Inca, es buscar un espacio amplio y un objetivo al cual atinar con una piedra lanzada por la honda, de está forma podrá vivir en carne propia la versatilidad que se debía tener en una guerra.
Biografía de Juan Villanueva
Nació en el caserío de Salvia, distrito de San Marcos, provincia de Huari-Ancash, el 20 de octubre de 1942. Sus padres fueron: Don Isaac Felipe Villanueva Gómez, natural de la provincia de Recuay, y de doña Rosa Pablo Vega, natural de Salvia, San marcos. Inició sus estudios en la Escuela Primaria de Varones N° 3517 de Pichiu Quinhuaragra hasta el tercer grado y los culminó en la Escuela Primaria de Chavín de Huántar.
Desde joven heredó el trabajo artesanal de su padre como tejedor de ponchos, frazadas, bayetas, cordellates; posteriormente se dedicó a trenzar hondas de todo tipo de puntos o labor tales como: El Paki, Tukupa Nawin, Tsunaa, Wamanpa Chupan. Asimismo, es maestro de la guitarra, destacado en todo el Callejón de Conchucos, discípulo de su padre y de don Santos Vega Amado.
Las cualidades que lo caracterizan son su benevolencia y amor por el prójimo, además es recordado como una persona carismática y un tanto irónico, sus familiares cuentan cada ocurrencia suya y las bromas en quechua (y es que resultan mejor en esta lengua) que hacía en su juventud, que en cada almuerzo o compartir les provocaba una sonrisa.
Después de abandonar el tejido de hondas durante muchos años, las mismas que fueron vendidas en las ferias de Huaraz e importados a países europeos, hoy retoma este arte y busca difundirlas para valorar la cultura ancestral de nuestro Perú profundo y concientizar a la población a la difusión de nuestro arte.
La elaboración de las hondas es un proceso exigente y laborioso, amerita mucha paciencia y concentración, ya que cometer algún error conlleva al desatado, que es un proceso mucho más tedioso que el mismo tejido; el tiempo para tejer una honda es de un mínimo de 7 días con una dedicación casi completa, he aquí donde radica la importancia e imponencia de las mismas.
La Huaraca en la época actual
Actualmente dedica todo su tiempo al tejido de las hondas, y está trabajando para que su arte se dé a conocer a nivel nacional e internacional. Desde este espacio invitamos a nuestros lectores a compartir esta información y ser partícipes en la difusión del trabajo que viene realizando nuestro gran artesano don Juan Villanueva Pablo.
