Cuando hay algo que sientes que forma parte, se hace muy difícil intentar explicarlo. Es como un defecto o una virtud que poseemos, lo detectamos, sabemos que existe, pero no hallamos la explicación del todo. Precisamente es esa sensación que sentimos al observar una construcción tan apoteósica, que sin lugar a dudas nos dejó una gran impresión y una huella de recuerdo imborrable.
Tuvimos la suerte de conocer la maravillosa construcción de un convento, para ello tuvimos que viajar hasta Illauro, en un anterior artículo les habíamos mencionado de cómo llegar hasta allí. Trazamos una ruta establecida por Google Maps, nos tomó un poco más de dos horas, pero al llegar a Illauro nos esperaba una gran sorpresa arquitectónica como premio a nuestro esfuerzo.
¿Cómo llegar a la Casa Nazareth?
Esta gran infraestructura que compite con la belleza de la Iglesia de Pomallucay, es la «CASA NAZARETH», un impresionante convento de monjas, digno de admirar. Llamado también, Convento de las Hijas de Illauro. Para llegar hasta allí, fue necesario una caminata enérgica de diez minutos desde la plaza del Centro Poblado de Illauro.
A nuestro humilde parecer, de los tantos lugares turísticos que nos ofrece San Luis, la Casa Nazareth, fue una verdadera e inesperada revelación, ya que a primera vista quedamos estupefactos por su sorprendente belleza.
La casa Nazareth.
Desde que lo vimos al principio, ya queríamos ingresar al recinto religioso. La Casa Nazareth, es tan diferente, hermoso y cautivador que nos detuvimos por largo rato a observar desde fuera. Según los pobladores debíamos pedir permiso para ingresar, pero lamentablemente no encontramos a nadie. Nos contaron que en su interior viven en su gran mayoría señoritas aprendices al servicio de Dios y que encontraban en un retiro espiritual, y volverían a las 3:00 de la tarde. Fue terrible, más aún cuando nos comentaron que en su interior era mucho más llamativo; cuestión que ya nos era difícil de imaginar, ya que solo al ver la parte externa, habíamos quedado sorprendidos, ¡que envidia de tener esta maravilla y poder disfrutarlo todos los días!
Desde la parte externa pudimos apreciar los finos detalles aplicados para unir las piedras talladas en las paredes, la gradería, y los pórticos que unían las columnas; además de complementarla excelentemente con los jardines tanto por fuera como por adentro; influencia, por supuesto, del diseño italiano, típico en San Luis. ¡Impresionante! Es lo que se me viene a la mente cuando vuelvo a recordar. Lamentablemente no logramos obtener mayor información de cuándo se construyó, o quien la administra; pero es un gran pretexto para volver.
Además de las labores religiosas que cumplen las “hijas de Illauro”, también pudimos notar que la vida allí es de lo más cotidiano posible, crían ovejas, cerditos, hasta gatos como mascotas; además de tener un huerto de vegetales, con lechugas, cebollas, ajos, coles, y demás. La verdad que la vida allí debe de ser verdaderamente apacible.
Luego de permanecer al menos media hora en las instalaciones externas de la Casa de Nazareth, era momento de continuar, nos faltaba conocer más. Lo cual nos haría remontar a las épocas pre incaicas, cuestionarnos incluso de nuestra propia historia. Proseguimos muy agradecidos de poder apreciar tanta belleza, y seguros de volver a estas tierras, les damos pruebas de este testimonio para que puedan disfrutar un poco de lo que vimos, y más aún, invitarlos a saber más del Perú Desconocido.
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